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Te Comiste al Personaje...Un cuento para Jota Mayúscula

Enfrascada en ese tipo de tristeza que solo te deja fuerzas para hacer rotar la pantalla de este artilugio que tantas veces me aparta del mundo, pero que hoy me acerca, buscando gente que sienta lo mismo, que cuente tus historias. Estamos abatidos por tu marcha y lo peor no es esto, lo peor es el vacío que nos dejas, porque pasear por Gran Vía siempre era sinónimo de: “¿Vamos a Masgraves?”   No quiero caer en el cliché de “Qué bueno eras”, aunque conmigo lo fuiste. Prefiero recortar la frase y quedarme con el “Eras”, estabas. Porque ser y estar es muy difícil, porque todo el mundo podía conocerte, pasar la tarde en tu estudio y compartir, aunque no fuera artista. Porque “eras” ese rapero accesible, que pisaba las calles, que iba a los conciertos, los bares, que charlaba con cualquiera, que montaba eventos, que daba oportunidades, que vivía intensamente despojándose del disfraz de estrella imperturbable. Porque “eras”, estabas, no parecías, porque perdiste la compostura con todos nosotr

La Ilusión de Libertad de la Mujer de Occidente

Viajé hasta La República de Platón y me instalé en aquella guarida atestada de millennials que se deleitaba bajo una penumbra cavernosa a la que llamaban libertad. Entre aquél cobijo rocoso que se presumía indestructible intuí que al puzzle le faltaban piezas, interpelada por mis contemporáneas, y a riesgo de parecer remilgada o infectada por la envidia, me despojé de aquellas cadenas anhelante de verdad. Una vez me sentí a salvo, bañada por aquella luz y su calidez, volví mi mirada melancólica por última vez hacia aquellas sombras y dije: “Ahí está, la ilusión de libertad de la mujer de occidente” No puedo callar ante este aluvión de contradicciones que claman al cielo. Soy feminista desde antes de saber lo que significaba serlo y mi objetivo es seguir siéndolo desde una manifestación sensata sin querer pertenecer a una secta de pureza ideológica, ni haceros sentir sucias, ni mujeres de segunda clase. No quiero señalaros, quiero acercarme a vosotras y ayudar

Cuántos PEROS...

Caldo con pelotas, ¿Cuando venís a comer? Y ella servía con la sonrisa llena, con la cartera rota Nona, siéntate, luchaba buscando hueco y encontraba el mundo, que esta mesita pequeña es más grande si estamos juntos. Y deseaba el momento, aunque otros se aburrían, yo enfurecía en silencio, Tita, yo escucharé tu poesía. Orgullosa de tus versos, me lograste emocionar porque todo lo que haces, lo que dices huele a hogar ¿Cuando? ¿Cuando venís que quiero veros? ¡Cuántos PEROS se me clavan esta noche de febrero! Recuerdo el último invierno, llamémosle despedida Abrázame Tita, que ya no soy pequeña ahora puedo recordar, sé que a tu cartera rota le pesaba la bondad Abrázame Tita que el tiempo nos miente, abrázame, por si es adiós, que me duela para siempre Odio los martes, igual he venido a verte, PERO no puedo escucharte, ni a ti ni a tu suerte, ni a la mía, ni a la de tantos ¿Puedes escuchar mis PEROS? Estaban todos llorando Qué bonita eres Tita, y tú sufriendo por

Una Foto a la Felicidad

Míranos en el espejo; ¿a que hacemos buena pareja?-me dijo. Yo levantaba la mirada tímidamente apretando los labios, intentando ocultar una sonrisa. Mis ojos brillaban enjugando el conato de lágrima que anuncia algo  que se parece mucho a la felicidad. Él dejó de mirar, yo dejé de escucharle. Me adentré en una burbuja imaginaria que anulaba mis sentidos como rumor lejano para centrarme en aquella imagen. Clavé mi pupila sobre el espejo observando como me apretaba contra su pecho, dejando caer los párpados suspiraba mientras olía mi pelo con el gesto del que tiene el mundo entre sus brazos. Jugué al amor con cimientos, amé el vértice de sus cejas, paseé por el contorno de sus labios de niño en perfecta contraposición al mensaje de su nariz aguileña que evocaba al hombre imprudente y sátrapa del que todas huimos y por el que suspiramos. Me supe sentenciada ante la seguridad de su mirada angulosa, esa que odiaría y desearía para siempre. Grabé cada instante intuyendo un buen recue

¿Somos las mujeres crueles entre nosotras?

Partiendo de la base de que no existen verdades absolutas ni soluciones cerradas, la crueldad entre mujeres ha sido considerada como un axioma social digno de debate para las perjudicadas en primera instancia, nosotras. Algunas mujeres que se dedicaron a investigar sobre esta problemática social se chocaron de frente con afirmaciones popularmente aceptadas que atendían a premisas machistas. Como por ejemplo, en una reunión de hombres se conversa, mientras que las mujeres chusmean o traman maldades, y que la amistad entre mujeres es cosa de solteronas o de viejas Volvamos a la pregunta inicial ¿Somos las mujeres crueles entre nosotras? Suponiendo que así sea…¿Cuál es el origen? Considerando los resultados de estas investigaciones, se concluye que si hay un enfrentamiento entre mujeres, este no se daría porque la naturaleza así lo haya decidido, sino que los hombres, cuando pactaron hace miles de años, determinaron su situación de poder, en el que la mujer quedaba relegada

Tengo Miedo

Abro los ojos, sé que he tenido pesadillas, vuelve el vértigo. Estoy despertando en Argentina, Buenos Aires, Capital Federal, en un barrio rodeado de arbolitos de grandes raíces que se trenzan y serpentean durante metros confluyendo en un tronco que eleva tímidamente sus ramas, que aunque robustas, se empeñan en crecer cerca del suelo, como si quisieran tocarnos, sentirnos, quizá alguien intuyó que en este barrio viene a vivir gente que necesita abrazos. Y sí, estoy en Argentina, a diez mil kilómetros de darle un beso a mi madre, a cero kilómetros de la incertidumbre, tengo miedo. Tengo miedo como cuando me fui de casa de mis padres y me supe responsable de mi vida, como cuando abandoné mi ciudad natal, mi trabajo fijo y mi tarjeta de salud privada. Tengo miedo como antes de subirme a ese avión que había protagonizado mis pesadillas durante años y al que me entregué sobrevolando el océano por más de trece horas. ¡Cuánto martirio cabe en un cuerpo, cuántas veces maltraté mi mente imag

EL AMOR NO ES LO PRIMERO

Voy a hacer algo raro, voy a desdecirme del título en la primera frase, el amor sí es lo primero. Os he puesto una trampa en la que yo también caería, y es que, cuando nos dicen la palabra "amor" siempre se nos viene a la cabeza la más suculenta de las acepciones. La palabra "amor" se nos sitúa en la mente ligada al concepto de amor romántico, y no me extraña que eso ocurra. La mayoría de las personas cuando encuentran pareja dejan en un segundo plano a personas o actividades que les acompañarán a lo largo de su vida con mucho más margen  de garantía y autenticidad. Sin embargo, le damos más valor al amor romántico, aunque pueda que desaparezca para siempre en un año o en media hora, puede que esa persona, en cuanto se le pase la borrachera de magia nos desprecie, olvide o ignore y ya no forme jamás parte de nuestra vida, esos posibles futuros extraños, o peor aún, el amor romántico en proceso, que está llegando o que quizá no cuaje. Preferimos gastar nuestra e