No Estoy Sola
Cuando abro los ojos y camino torpe hasta la ventana invito al sol a que pase y sé que no estoy sola. Él se impone en cada estancia, me calienta sin permiso, entonces busco el cristal y mientras el chirrido de las ruedecillas se funde con cantos de pájaro un mundo despierta y vuelvo a no sentirme sola. Protones, neutrones, dióxidos, nitrógenos y otros polizones que se invitan a mi hogar me inundan de vida, activan mis emociones, y entonces recuerdo historias que pasaron o que ojalá pasaran, imagino galaxias, retrato escenas de universos paralelos, propongo la ocasión y sus magias exigiendo la justicia que solo existe en una mente libre. No, no estoy sola, entonces llegan las letras, palabras, frases...y se sientan a mi lado, me arropan, ellas me sienten más que yo misma, y si algún dolor llegara crearía combinaciones, y me volvería pluma, y al expulsar la tinta el dolor se arrancaría de mí para manchar el papel, y así fue cómo aprendí a guardar el dolor en cajones. No, no...