La Humildad Tiene Dos Caras


Si soy honesta conmigo misma debo reconocer que sí he tenido capítulos de prepotencia a lo largo de mi vida, por lo general íntimamente vinculados a sentimientos de inferioridad, fue un mecanismo de defensa que inventé y que protegió mi dignidad durante años. Esporádicamente recurro a él, aunque ya en la treintena puedo decir que casi exclusivamente en casos de emergencia. Como dije en uno de mis tweets “ Soy prepotente solo cuando lo necesito” y creo que ahora me vais a comprender.

No debemos olvidar que existen dos tipos de prepotencia: La de pura raza, digámosle, que corresponde a personas que creen categóricamente que son lo más y de ahí no los mueves y por otro lado, tenemos la prepotencia estratégica, esa que sacas de la nada para más tarde volverte a casa pensando: “No tenía que haber dicho eso”

Ahora que ya os he puesto en antecedentes, también sería justo decir que hoy por hoy no creo que siga siendo así, de hecho, es verdad que siento una especial responsabilidad como persona del mundo de la música de estar escrupulosamente atenta para que ninguna de las cosas que haga o diga sea interpretada como un desprecio, como cuando no recuerdo la cara de alguien y cree que no le saludo aposta porque me siento de otra clase social.

Si se acerca alguien a felicitarme por mi trabajo lo escucho, le saludo sin prisa y me intereso por lo que dice, no por protocolo, sino porque realmente aprendo y me emociona que alguien sienta lo que yo escribo con la misma intensidad que yo, su testimonio es gran parte de mi recompensa.

Otros admiradores los convertí en mis amigos, o colegas, o simplemente los apoyé en sus proyectos, o tuve un buen detalle cuando pude. La verdad es mucho más fácil así y la gente te valora más...¿O no?

¿Conocéis esa expresión que se emplea mucho en el amor de que lo fácil no atrae? ¿O cuando la gente no va a conciertos gratuitos? ¿O cuando compran el artículo de la marca más cara porque piensan que es el mejor? Bien, pues he podido constatar en varias ocasiones que esta conducta es totalmente aplicable en cualquier ámbito, incluso en los que aparentemente no tiene cabida ese factor psicológico del  tira y afloja.

Estoy hablando de gente que interpreta tu atención, cortesía o amabilidad como flaqueza y aprovechan la ocasión para ofrecerse como interesantes. Ellos necesitan a esa Syla distante, segura e inaccesible, se enamoraron del personaje y ahora yo no soy quien para venir a arrebatárselo.

¿Queréis inaccesibilidad? Tengo mucha...Y la próxima vez que vengáis a tomar café no os traigáis las maletas, que no se os vaya a olvidar que la casa es mía. La humildad tiene dos caras

Comentarios

  1. No creo que la prepotencia estratégica como tú la llamas sea una auténtica "prepotencia" sólo es un disfraz, una ayuda momentánea.

    Yo particularmente, no soporto a la gente que de tan prepotente humilla a los demás.

    Te conozco, tú no eres así. Al revés. Tu humildad, tu generosidad, tu sencillez, te engrandece paradójica-mente.

    No te humilles ante nadie, no te dejes aplastar, pero sigue siendo la mujer maravillosa que conocí.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Te Comiste al Personaje...Un cuento para Jota Mayúscula

Tengo Miedo

EL AMOR NO ES LO PRIMERO