Ellos las Prefieren Tontas


Yo soy la bruja del siglo XXI, esa a la que arrojaríais a las llamas sin pestañear, esa que piensa, que alza la voz, que no teme, esa de enfrentamientos intelectuales, esa que se atreve, que toma las riendas.

Si estuviéramos en el 1400 os bastaría con acusarme de invocar al demonio para hacerme invisible. Las prácticas han cambiado, ahora solo tendréis que ridiculizar mis palabras o mis actos, poner caras raras ante mis alusiones feministas como si fuera un recurso en vez de mi identidad, o acusarme de alborotadora por denunciar vuestros actos, aunque la más común entre todas ellas es la de hacer el vacío.

Yo no quiero cantar en conciertos de mujeres que afirman en su formato el reconocimiento de una discriminación y fomentan esa exclusión que criticamos. Tampoco sería justo ni me atrevería a reclamar para hombres ni mujeres favoritismos de género, pero sí me consta que hay mujeres muy talentosas que no tienen el lugar que merecen ni en la historia pasada ni en la actualidad, que solo vienen a la memoria cuando pensáis en la segunda división, que no están presentes de manera constante y cada vez que les prestan atención tiene más pinta el acto en sí mismo de labor humanitaria que de una igualdad afincada en los hábitos sociales. Y yo me pregunto...¿Tienen miedo de algo?

Quizá sería más feliz preocupándome de estar guapa, no llevar mucho la contraria y afianzando mi simpatía en la comunidad con flirteos solapados que aunque jamás se materialicen ayudan a saciar ese reclamo primitivo del hombre de rodearse de mujeres atractivas, evocando la figura del macho español del que todos públicamente huyen, pero que habita ineludiblemente en el fuero interno de estos almacenistas de testosterona.

Sí, creo que eso es lo que les gusta, las chicas que aplauden, no las que son aplaudidas, las admiradoras, no las que son admiradas, las que lloran y esperan, no las que se rebelan y luchan.

Lo siento, pero yo no soy una sombra, voy a aporrear la puerta, perdón, voy a derribar la puerta, a deslumbraros, a agotaros, aunque cerréis los ojos, estaré ahí molestando, probablemente loca, ignorada y sola porque lamentablemente...ELLOS LAS PREFIEREN TONTAS

Comentarios

  1. Indudablemente, una persona tonta y sumisa supone y propone menos problemas a la otra, siendo ésta más dominante, e indistitamente del sexo.

    Es cierto que años atrás estábamos terriblemente discriminadas, alejadas de nuestra capacidad de decisión, de expresión, y tan si quiera de pensamiento propio e independiente. Nos encauzaban y encaminaban cual canaleta guía la corriente del agua de la lluvia que cae... Pero no olvidemos que desde hace cierto tiempo, nos empezamos a hacer valer.

    Sinceramente, también es algo de culpa nuestra el hecho de convencernos de que alguien más inalcanzable sea el hombre de nuestras vidas, que sufrir forme parte de nuestra vida, y que muchas de nosotras tengamos que doblegarnos siempre para que pueda salir adelante la cosa. Pero habría que mirar la otra cara de la moneda, esa pequeña parte de mujeres con mucho carácter y de hombres buenos y comprensibles. Está claro que siempre nos toca lo que no queremos, o lo que no estamos dispuestos a aceptar.

    Sigo diciendo que el valor de la mujer tercia las mismas distancias y las mismas oportunidades que la de cualquier hombre, y que las únicas que nos pueden derrumbar somos nosotras mismas. Sé fiel a ti misma, a tus ideas e inquietudes, traza tus límites y confía en tu instinto, al mismo tiempo de ser capaz de ponerte en el pellejo de la persona que tienes enfrente y alrededor, tengan el aparato genital que tengan.

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