Descubriendo al Esnob
Bendito castellano, una de las incorporaciones que más
valoro y agradezco a nuestra venerada Real Academia Española es la del término
“Esnob”.
La palabra Esnob,
heredada de nuestros compañeros ingleses a los que también les agradezco el
detalle, es una de esas palabras que desahoga a partir de su existencia. El día
que la descubrí todos mis males fueron a parar a ella, se acabó el desgaste, la
perífrasis, esa angustia que generan algunos vacíos léxicos. Ella existe, aquí
está, delante de mí. Hablemos de “El Esnob”
A estas alturas del texto, o ya sabías lo que era un esnob,
o espero que lo hayas buscado, y si no, aquí estoy yo para explicártelo, que el
desgaste se me convierte en regodeo si tengo un lenguaje tangible que me
respalde. Solo espero que sepáis perdonar lo intenso en mi definición y/o la
falta de rigor.
Esnob: Dícese de esos seres nauseabundos, normalmente con
problemas de tipo sexual, que invierten toda su energía en intentar hacer creer
al mundo que el día en el que ellos nacieron Dios apartó las nubes, un aura
celestial rodeó su cuerpo y desde aquél preciso instante conocen a todos los
grandes empresarios de su ciudad y son expertos en cualquier actividad,
especialmente las relacionadas con las altas esferas. No despreciando tampoco
actividades como la fontanería, electricidad...(no olvidemos que son seres
divinos que todo lo pueden).
Ellos, los esnobs, individuos arrogantes desconocedores del
titubeo, podrían haber sido astronautas, pero no, te conceden el honor de estar
ahí contigo, pudiendo estar en la casa real tomando té con las infantas u
ocupando una butaca en el consejo de seguridad de la ONU.¡Pero no! Están ahí
contigo, burdo mortal, contándote lo maravillosos que son.
Sé como te sientes, mira a un punto fijo, respira
hondo...Antes de que vomites, por respeto a la consideración que has tenido
invirtiendo tu tiempo en esta lectura, voy a darte unas directrices para que
sepas identificar a este tipo de especímenes.
En primer lugar, un esnob se reconoce fácilmente por la
solemnidad en su habla, seleccionará tres o cuatro expresiones que le suenen a
persona instruida y las utilizará en su comunicación diaria, machacando la
sonoridad del lenguaje, la vergüenza ajena del receptor y exaltará el súmmum de
lo ridículo.
Los esnobs utilizan frases cortas cuando se dirigen a
señoras de la limpieza, cajeras o camareros, pasando de cero a cien en la
escala de la amabilidad si topan con un transeúnte que tenga aparcado cerca un
coche de alta gama.
A pesar de pertenecer a la clase media-baja se pavonean de
ser votantes del PP, celebran la reforma sanitaria, les encanta ir a los toros
y comprar cosas caras que no se pueden permitir, solo por el placer de
contárselo a los vecinos y/o a los compañeros de trabajo.
Lamentablemente, estas personas, en su desesperación por
tener algo de poder, se manifiestan como expertos lamedores de culos, acto que
les lleva a ocupar algún tipo de cargo en su empresa. Suelen ser jefecillos de
poca monta, que se sienten realizados tan solo disponiendo de cinco desgraciados
a los que ofender.
En definitiva, un esnob es aquél sujeto, que genera hasta en
la más bella y pacífica de las personas, la necesidad de agarrarlo de la
pechera de una vez por todas y decirle...¡¿Pero quien coño te crees que eres?!
Leyendo el primer párrafo de la definición... parece qué incluso entren ganas de ser un poco "Esnob" pero jajaja nada más allá de la realidad. Entre otras cosas no me molaría un pelo que me "empercharas de la pechera" por cierto muy bien descrito jajaja y mirando alrededor lo lamentable es que hay much@s de esa calaña
ResponderEliminarExacta e inteligente descripción de un esnob.
ResponderEliminarY sí, dan ganas de cogerlos por la pechera.
Magnífica prosa la tuya Sheila. Como siempre ha sido un placer leerte.
Cierto que desahoga la palabra... Esnob, esnob, esnob... Perfecta definición de mi ex-jefe. Y bien a gusto que me he quedado con el EX. Bonita entrada, Syla.
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